Aquí sí que no sé por dónde empezar…
Por el principio, supongo!
María y Nacho son mis amigos. Desde siempre y no siempre como pareja.
Antes, cuando yo les conocí no eran novios, pero sí han sido siempre muy buenos amigos.
Y por alguna razón nosotros 3 hemos sido un triángulo amistoso que ha funcionado equilátero tantos años que no tendría espacio suficiente para contar todo lo que hemos vivido los 3.
Así que cuando me llamaron por teléfono (por desgracia vivimos lejos) para contarme que Nacho le había pedido la mano a María… lloré y me reí y grité y me emocioné y me puso tan contenta que iba dando saltos por toda la casa mientras me contaban que se casaban!!!
El tema de las fotos ya se sabe:

- Chicos, yo fotosssssssss.
- Sí Puy, tú fotos, pero también tienes que disfrutar, queremos que sean invitada, no que vayas a currar.
- Pero si yo disfruto haciendo fotos!!!
- Bueno, bueno… ya veremos.

Y llegó el 22 de Junio.

Y allí nos plantamos todos, en Cantabria, la tierruca, mi segunda casa.

En mitad de las montañas, de su verde, de su olor y de su luz.
Ellos habían alquilado un complejo de apartamentos durante todo el fin de semana para alojarnos a todos. Y eso, obviamente, marca la diferencia.

Yo, por esto de vivir en la isla, me perdí la barbacoa del viernes tarde, cuando llegué solo quedaban algunos rezagados. Peeeero tuve la suerte de despertarme el sábado y al mirar por la venta ya disfruté de una vistas indescriptibles.
Pude disfrutar de la pool party, de Rubén pinchando musicón desde las 13:00h, de unos huevos con patatas para comer y de todos y cada uno de los segundos que vivieron dos de mis mejores amigos en el día de su boda. Porque no me separé de ellos ni un instante y lo ví y lo viví todo muy de cerca.
Y aunque a ellos les daba “cosa” que yo me perdiera algo por hacer fotos, lo que ellos no saben es que para mí ha sido uno de los días más preciosos de mi vida. Y que, lo mejor de todo, ha sido no perderme nada de nada.

Puse todo mi corazón y mi alma en ese día. Y sé, que gracias a éstas fotos, ellos recordarán siempre y podrán volver a revivirlo todo. Lo mágico de las fotos es eso, que te trasladan al pasado. Da igual el tiempo que pase, nuestras mentes viajan gracias a las fotos.

Pura magia.

El reportaje habla por sí solo. Hizo tanto calor que más que Cantabria parecía el Sahara. De la ceremonia se encargaron Diego y Lucía, íntimos amigos que nos hicieron reír, llorar, recordar… Todo al mismo tiempo!

Carlos nos prestó su coche para irnos 20 minutos al campo de al lado y hacer una minisesión. De vuelta en el cocktail, el catering de la mano de Oh La La fue impecable, delicioso, maravilloso. TODO.

Pero la guinda del pastel fue la música. No dejó de sonar en ningún momento a cargo de “The A Theo”. Increíble!

Después del cocktail, solté la cámara, hice un poco de natación sincronizada en la piscina y no paré de bailar hasta que aguantó cuerpo. Sólo con la música que pone Rubén bailo siempre tanto. Tuve agujetas hasta el miércoles, lo juro. Qué maravilla!

Queridos amigos: GRACIAS por deleitarnos con semejante fin de semana.
GRACIAS por tanto y por todo.
Os quiero muchísimo.

Jamás olvidaré vuestra entrada al cockatil de la mano de “Love loves to love love” de Lulu haciendo el baile del cangrejo. Desprendíais y desprendéis FELICIDAD por los 4 costados.

ENHORABUENA AMIGOS

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